Extracto -I – Claro de luna sobre la laguna de Mayotte

 

La táctica de los pasadores para escapar a todo control consistía en «hacerse el muerto»: motor apagado y todas las luces fuera al acercarse los aduaneros, para fundirse con la noche. Había que pasar desapercibido para no ser detectado apenas se creyera percibir la luz de una embarcación o el menor ruido de motor.

El pequeño motor de diez caballos utilizado en los kwassa-kwassa era mucho menos ruidoso que los dos motores de cien caballos de la lancha de aduanas.

Sin embargo, pese a esta diferencia, Samy percibía el ruido de ese pequeño motor mucho antes de que los pasadores pudieran sospechar la presencia de los aduaneros, e incluso mucho antes de que apareciera el pequeño punto que representaba al kwassa-kwassa en la pantalla del radar.

Había que estar sentado al lado de Samy, en la lancha que surcaba la laguna a toda velocidad con sus dos motores desgarrando el silencio de la noche, y ver de pronto cómo Samy levantaba la mano e indicaba con un dedo la dirección a seguir para interceptar una embarcación que acababa de detectar.

Unos minutos más tarde, Samy avisó que la barca se había detenido porque ya no se oía el ruido de su motor.

Entonces les tocaba a los agentes de aduanas fundirse en la noche. Si la barca se había parado, era porque los pasadores habían oído la patrullera o divisado sus luces.

A su vez, ellos debían no manifestarse: apagarlo todo, no hacer ruido y esperar en silencio, atentos al reinicio del motor de la embarcación.

Los pasadores eran muy desconfiados, y la espera se alargaba a veces indefinidamente. Cuando la barca volvía a arrancar, a menudo se dirigía en otra dirección, pero Samy nunca se equivocaba. Ese juego del gato y el ratón, hecho de sucesivas paradas y arranques, no podía durar mucho tiempo, ya que ninguna barca podía rivalizar con la patrullera más rápida de la isla.

En cuanto Samy detectaba un kwassa-kwassa, ya no podía escapársele : era solo cuestión de tiempo.

Otra táctica de los pasadores para evitar ser interceptados consistía en dirigirse hacia los bajíos en marea baja. La ventaja de las lanchas de fondo plano es que pueden pasar casi por cualquier sitio. Los pasadores sabían que los demás barcos no podían seguirlos debido a su calado. Pero eso era sin contar con Samy y Allan, que podían acelerar a fondo y detenerse justo a tiempo, cuando era necesario, gracias a ese sentido del olfato tan desarrollado que les permitía detectar la presencia de bajos en marea baja.

 

 

✨ Este sitio no es interactivo.

Pero me encantaría leer sus mensajes:

📧 auteur@mariechristineaubert.com